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Educación Financiera, un camino hacia una mayor inclusión

  • FJE
  • 20 ene 2022
  • 2 Min. de lectura


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Tras los estragos que dejó la pandemia y la irrupción de la tecnología como elemento transversal y diferenciador, , es importante lograr actualizarse de forma de conocer todas las alternativas existentes en la actualidad. Parte de esto, tiene que ver con la educación financiera. Muchas de las decisiones de un país, de una organización o de una persona, contienen un componente financiero que en la mayoría de los casos se asume como válido o se desconoce.


Hasta la irrupción de la pandemia, la educación financiera no se consideraba como algo prioritario. Sin embargo, la proliferación de alternativas de financiamiento e inversión, conjuntamente con la posibilidad de comprar productos y servicios a solo un click de distancia, plantea un escenario diferente: resulta fundamental entonces que un individuo, o una organización, tengan una adecuada educación financiera.


Una educación financiera sólida, que aborde con una perspectiva integral ámbitos como el ahorro a corto y largo plazo, las inversiones, las posibilidades de diferentes tipos de financiamiento, la jubilación, las pensiones o los seguros de vida, aumenta las posibilidades que una sociedad en general puede tener para adaptarse cada vez mejor a los tiempos que corren. La educación financiera justamente se basa en lograr aportar diferentes herramientas y visiones para la toma de decisiones, informada y bien fundamentada, reduciendo el riesgo de exclusión, permitiendo administrar los recursos, evitando el endeudamiento excesivo o el consumo de productos financieros inadecuados.


En los últimos años, América Latina logró mejorar el acceso a servicios y productos financieros. Aun así, queda un largo camino por recorrer. Solo cerca de 54% de la población de la región tiene una cuenta en una institución financiera o a través de un proveedor de dinero móvil, según datos de Findex del Banco Mundial. Una posible explicación es la falta de conocimiento y por ende de confianza sobre todo el esquema financiero existente en un país o región. Por ello, la educación se convierte en una herramienta clave para lograr la inclusión financiera.


En Argentina, fueron varias las instituciones que comenzaron a desarrollar y hasta implementar cursos de educación financiera. En algunos casos, tomando una perspectiva más que interesante, que fue implementar cursos en el último año de escolaridad secundaria. Desde el Banco Ciudad se ha puesto un especial foco a través del Instituto PyME, el cual ofrece diferentes cursos y actividades gratuitas de capacitación. Asimismo, se ha creado el programa “Finanzas para Crecer” desarrollado por la Fundación Banco Ciudad.


Acrecentar la educación financiera resulta casi mandatorio, ya que constituye un punto clave para la sociedad actual. Su implementación puede llegar a lograr que las desigualdades socioeconómicas disminuyan y los distintos ámbitos de la sociedad se vuelvan más inclusivos al ayudar a los individuos con sus finanzas personales y cómo estas impactan en su bienestar personal.

 
 
 

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